¿Qué es la disfagia?
La disfagia se define como un trastorno de la deglución que surge en cualquier parte del recorrido desde que los alimentos son ingeridos por vía oral, hasta que pasan al estómago.
Dependiendo de en qué parte y funcionamiento de dicha vía digestiva o recorrido, surja el problema, existen dos tipos de disfagia:
- Disfagia orofaríngea: es imposibilidad para tragar o deglutir los elementos líquidos y/o sólidos, afectando a la propulsión del bolo, a la reconfiguración orofaríngea durante la deglución o a la apertura del esfínter esofágico superior.
- Disfagia esofágica: es un trastorno de la movilidad del bolo alimenticio a nivel esofágico que transcurre desde el esfínter esofágico superior hasta el estómago. Esta disfagia no la podemos tratar con logopedia.
- Disfagia neurogénica: dificultad en deglutir por una lesión o enfermedad neurológica.
En las disfagias, podemos tener dos tipos de riesgos principales en el momento de la ingesta del alimento:
- Alteraciones de la seguridad: como consecuencia de falsas rutas del bolo alimenticio en la ingesta que pueden dar lugar a atragantamiento e incluso asfixia, y cuando se producen poco a poco aspiraciones silentes e infecciones de las vías respiratorias. Esto puede ocasionar complicaciones graves respiratorias como neumonías e incluso muerte.
- Alteraciones en la eficacia: producen pérdida severa de peso e incluso pueden llegar a desnutrición, y deshidratación por la falta de ingesta de líquidos.
Test de deglución en pacientes con ictus
Para valorar a pacientes con disfagia se utiliza Test MECV-V: se administra al paciente diferentes volúmenes: 5ml, 10ml y 20ml de alimento de las diferentes texturas:
- Pudding: es la consistencia más densa, parecido a cualquier puré con la consistencia del yogur. Al verterse cae en bloques. No se puede beber.
- Miel: se derrama a borbotones o gotas gruesas al verterse, no puede beberse con pajita. Pude tomarse en un vaso con una cuchara.
- Néctar: es ligeramente más grueso que el agua, al verterse cae en un hilo fino o gotas, similar al zumo de tomate o de melocotón. Se pueden beber en vaso.
- Líquido: se puede realizar con agua o zumo y espesante.
El procedimiento consiste en ir suministrando las cantidades de volumen de menor a mayor como se aprecia en la imagen.
La prueba se realiza con un pulsioxímetro.
Este método, nos permite valorar si hay signos de eficacia: sello labial (correcto o no), residuos orales, deglución fraccionada y residuos faríngeos; y signos que afectan a la seguridad: tos o carraspeo, voz húmeda o pérdida de voz, disminución de la saturación de oxígeno mayor o igual al 3% de la registrada que tiene el paciente en un inicio.
Además podemos seleccionar el volumen y viscosidad del bolo más seguro y eficaz para cada paciente.
Debe hacerse antes de cada pauta en el cambio de dieta, para asegurarnos que el paciente no presente disfagia. Antes de cambiar de dieta o de consistencia, se debe de realizar el test MECV-V.
Se recomienda no iniciar la alimentación oral con líquidos, ya que es la consistencia más difícil de manejar en disfagia Neurogénica. Empezar por puding, yogur, flan, etc.
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Autor: Paula de Cos