Las caídas y las lesiones por caída son las responsables de una parte considerable de la morbimortalidad en los adultos mayores. Suponen una amenaza particularmente grave para la salud y las capacidades funcionales de los adultos mayores. Las estadísticas confirman que tras una caída aumentan dos o tres veces las probabilidades de que esta se repita de nuevo en el periodo de un año.
Los mayores ingresan en el hospital cinco veces más por una caída que por cualquier otra lesión. Como consecuencias importantes de las caídas están las fracturas, en especial las de la cadera, rodillas, parte inferior de la pierna o las de las muñecas, además de heridas abiertas o traumatismos craneoencefálicos. Las caídas provocan miedo a caerse, depresión, pérdida de confianza, aislamiento social, dependencia, pérdida funcional de la movilidad e inmovilización, por lo tanto deben de ser tenidas en consideración tanto como por el personal sanitario como por los cuidadores principales y familiares.
Prevención a las caídas de mayores
Como prevención de las caídas en el adulto mayor es importante hacer hincapié en el reentrenamiento de la marcha y uso de ayuda para la deambulación (bastón, muletas, andador), utilizar los productos de apoyo, las gafas y audífonos también dentro del domicilio; la eliminación de obstáculos en las zonas de paso (alfombras, sillas, revisteros, cables de teléfono o televisores, animales domésticos); una iluminación adecuada en el domicilio, sobre todo en las escaleras y en las entradas; barras, señales luminosas o barandillas en las escaleras y en cuartos de baño; vigilar si el calzado es adecuado (cerrado, con suela antideslizante, con velcro mejor que cordones) y mantenerse en la mejor forma física posible, realizando paseos diarios y ejercicios de potenciación muscular.
Cuando se sufre una caída y el mayor está solo, lo principal es tranquilizarse, y una vez se haya logrado, el mayor se girará quedando tumbado de lado, flexionará las rodillas y se ayudará del brazo para levantarse.
Cuando el mayor está acompañado, se debe insistir en que se tranquilice, preguntar si hay dolor y observar si la pierna ha quedado en rotación externa, puesto que esto es signo de posible fractura de cadera, en este caso se llamará al 112 y no se moverá al mayor.
En caso de que no haya dolor y la pierna no esté colocada en rotación externa, se puede levantar al mayor de la misma forma explicada anteriormente.
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