Os dejamos 10 consejos básicos para que las vacaciones sean realmente un momento de descanso para toda la familia, incluso si en el entorno familiar convive una persona que necesita de rehabilitación de demencia vascular.

  1. Planificar con anticipación qué personas (familiares, amigos o cuidadores) van a apoyar al cuidador principal y en qué tareas, que estas estén claras y acordadas por todos hará que toda la familia pueda disfrutar de este tiempo de descanso, incluido el cuidador principal que es probablemente la persona que más necesita este tiempo para reponer sus fuerzas.
  2. Si la persona con demencia no puede participar en la decisión al menos debe saber qué va a ocurrir, es importante que se le repita en varias ocasiones (tantas como sea necesario para que lo aprenda) dónde vais a ir, con quien y cómo. Si vais a un hotel o casa que no es la habitual, enseñársela y contarle los planes puede resultar muy útil, si puede anticiparse reaccionará mejor a los cambios. A veces no les contamos por miedo a que se obsesionen con esa idea o se inquieten pero esto realmente hace que estén más serenos y confiados llegado el momento de pasar unos días fuera del domicilio habitual.
  3. Mantener en la medida de lo posible las rutinas de la persona con demencia: horarios de comida, de sueño, de descanso, de paseos… Mantener la rutina será clave para que entienda su entorno estable y seguro.
  4. Cuando lleguéis al nuevo alojamiento invertir un tiempo en reorientarle dentro de la nueva casa o alojamiento, dejar una pequeña luz encendida por la noche para pueda reconocer rápidamente que no es su casa y favorecer su reorientación.
  5. Tener mucha paciencia y comprender que ese entorno es muy nuevo para él o ella y esto junto con las dificultades de memoria, de orientación y de aprendizaje pueden hacer que se encuentre muy desubicado/a.
  6. Ir adaptando las actividades a sus reacciones y respuestas, sin presiones de tiempo ni compromisos.
  7. Si la persona suele salir sola y lo va a hacer en el nuevo lugar debe ir identificado, el entorno poco conocido favorecerá sus ventanas de desorientación.
  8. Extremar las precauciones en los baños en el mar, su capacidad de reacción y su agilidad motora han cambiado incluso para procesos muy automatizados como nadar, los baños en el mar deben ser prudentes y supervisados.
  9. Permitirle llevar consigo algún elemento cotidiano, la foto de la mesita de noche, el despertador, un cojín, esto le permitirá encontrarse más seguro en el nuevo entorno.
  10. Tratar sus dificultades con buen humor y con cariño, si nosotros disfrutamos y nos relajamos ellos también lo van a conseguir.

¡Felices Vacaciones!

 

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