En consulta, muchas veces nos encontramos con pacientes que presentan dolores de tipo músculo-esquelético en salusmayores y que cuando comenzamos a escucharles nos damos cuenta de que el origen de su lesión se asocia a ser cuidador principal de un enfermo crónico. Estos problemas se pueden derivar de un esfuerzo físico ya sea de un gesto puntual o de un gesto repetido o por el propio estrés que genera esta situación.

Los cuidadores, por lo tanto, sufren a menudo las consecuencias de la falta de autonomía de la persona dependiente, pudiendo, si no toman las precauciones adecuadas, desarrollar alguna lesión.

¿Cómo cuidarme? Consejos de fisioterapia para mayores

A los cuidadores siempre es recomendable acudir a una sesión de fisioterapia al mes con el objetivo de combatir el estrés al que se está sometido y buscar zonas de tensión y bloqueos para prevenir futuras lesiones. La terapia manual consigue un cambio tanto físico como mental y “carga las pilas” para poder seguir con nuestra labor.

Si hay que coger pesos, levantar al enfermo, ayudarle a caminar, vestirle… pide ayuda siempre que sea necesario, y cuida mucho tu postura. Jugar con la gravedad, con nuestra posición y la del enfermo es básico para hacer estas tareas más sencillas.

Las normas generales para hacer este tipo de actividades son:

  • El enfermo debe colaborar en todo lo que le sea posible, por lo que antes de hacer nada hay que avisarle de que es lo que vamos a hacer, como lo vamos a hacer y que necesitamos de él.
  • Nunca se debe tirar del enfermo ni él de nosotros.
  • El enfermo no debe agarrarse a nuestro cuello y tirar. Esto puede lesionarnos las cervicales.
  • Trabajaremos con las rodillas flexionadas y la espalda recta. Esto protege nuestras lumbares.
  • Nuestras manos deben estar secas, libres de agua o sudor, para evitar provocar lesiones por fricción.
  • Evitaremos movimientos bruscos que puedan generar dolor o molestias y el contacto directo sobre las posibles lesiones.
  • Es recomendable que antes de hacer estas maniobras con un enfermo se trabaje con la supervisión de un profesional que nos corrija posibles errores.

Vamos a ver un par de ejemplos de cómo se realizaría una transferencia segura con un enfermo con limitación física pero que aún tiene cierta capacidad para ayudar:

DESPLAZAMIENTO DE TUMBADO BOCA ARRIBA A SENTADO EN LA CAMA:

1. Nos situamos previamente al enfermo de lado después de haberle pedido que doble sus rodillas desde la posición de tumbado boca arriba. Nos colocamos laterales a éste, con la pierna adelantada semiflexionada y la de atrás estirada. Sacamos finalmente los miembros inferiores del enfermo fuera del borde de la cama.

2. Pasamos nuestro brazo más cercano a la cabeza del enfermo por debajo de la misma.

Nuestra otra mano se coloca por detrás de ambas rodillas y traccionamos hacia los pies de la cama y hacia abajo (nuestro peso en este momento recaerá sobre la pierna que está más cerca de la cabeza del enfermo).

3. El paciente se queda más seguro en la posición de sentado colocando una mano a cada lado de su cuepo o ligeramente hacia atrás.

TRASLADO SILLA-SILLA, CAMA-SILLA Y VICEVERSA

  1. Sentamos al enfermo con los pies apoyados en el suelo, las piernas juntas y la espalda recta. Nos situamos de cara al enfermo, colocando nuestros pies y rodillas contra los suyos, con las rodillas semiflexionadas y la espalda recta.
  2. Pedimos al paciente que flexione el tronco y nos agarre por la cintura, a la vez que nosotros le agarramos por los omóplatos o por la cintura del pantalón.
  3. La maniobra consiste en atraer el peso de la persona hacia nosotros y posteriormente desplazando nuestros pies sobre el suelo en dirección de la cama, llevando a cabo el traslado del enfermo.

La forma en que se harán los cambios posturales, las transferencias, las ayudas a la marcha, van a depender de las características propias del enfermo (patología, talla, necesidad de ayuda,etc), del cuidador (forma física, talla,etc.) y de su propio entorno (posibilidad de usar grúas, camas articuladas, andador, bastón,etc.), por eso es recomendable que un profesional sea el que paute como deben realizarse este tipo de maniobras.

“¡Si tú no estás bien no podrás hacer que se sienta bien aquel al que cuidas!

SALUS MAYORES

Autor: Irene Pérez Sierra

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