¿Sabías que el pilates aporta diversos beneficios para la enfermedad de Párkison?

El método Pilates es un sistema de ejercicios diseñado por su creador, Joseph H. Pilates, especialista en gimnasia, traumatología y yoga. Con este método se desarrolla no solamente el aspecto corporal y muscular, sino que se consigue la completa coordinación entre cuerpo, mente y espíritu. Para conseguir un cuerpo saludable en su conjunto Pilates propone una serie de ejercicios, dieta apropiada, hábitos de actividad- descanso y de higiene adecuados, sol y aire fresco, y un equilibrio en la vida entre el trabajo, el ocio y el descanso. En este post vamos a analizar los benéficos del método pilates en la enfermedad de Párkison.

9 beneficios de practicar pilates

Desde los primeros estadios de la enfermedad de Párkinson es necesario seguir una rutina de ejercicios físicos con la finalidad de mejorar y evitar el progresivo deterioro de la coordinación, la elasticidad, el equilibrio, el control postural, la marcha y el trofismo muscular. Además de combatir el dolor muscular y las alteraciones capsuloligamentosas. Por todo ello, la práctica del método Pilates resulta muy beneficiosa para todas aquellas personas que deseen mantener su cuerpo fuerte y saludable y más concretamente, en el caso de las personas que padecen la enfermedad de Párkinson, la práctica de estos ejercicios consigue mejorar tanto la sintomatología motora como psicológica.  El componente motor se trabaja mediante la realización de los ejercicios siguiendo la metodología de Pilates y los síntomas psicológicos mejoran gracias a la necesidad de concentración a la hora de realizarlos, la autoconciencia corporal y la satisfacción que produce realizar cada vez mejor los ejercicios o aprender a hacer otros más complejos. Los resultados que se obtienen mediante la aplicación de este tipo de ejercicios en personas con Párkinson son:

  • Mejora del tono muscular: Aumenta la fuerza y potencia muscular, recuperando los músculos que han perdido tono durante el desarrollo de la enfermedad.
  • Corrección y mantenimiento de la postura: Facilita la alineación de tronco y cuello retrasando la tendencia a la postura cifótica y la antepulsión de cabeza y hombros.
  • Aumenta la flexibilidad muscular, manteniendo las estructuras musculares y capsuloligamentosas en un estado óptimo.
  • Trabaja la coordinación, disociación, precisión y destreza: evita las compensaciones musculares y ayuda a mantener las ABVD (actividades básicas de la vida diaria, como aseo, alimento, marcha, etc.) y AIVD (actividades instrumentales de la vida diaria: escribir, hablar por teléfono, manejar el dinero…)
  • Mejora y mantiene la movilidad articular.
  • Aumenta el equilibrio y mejora la marcha: mediante ejercicios que trabajan el equilibrio integrando las diferentes partes del cuerpo y manteniendo estable el tronco mientras las extremidades se mueven.
  • Disminuye la rigidez muscular: mediante la movilización suave y fluida de todas las articulaciones ayuda a normalizar el tono muscular y evitar las rigideces propias de la enfermedad de Párkinson.
  • Mejora de la capacidad pulmonar: Pilates daba mucha importancia a la respiración, con este método se trabaja específicamente aumentando la amplitud de la caja torácica, mejorando las funciones respiratorias y previniendo complicaciones pulmonares (neumonías, alteraciones ventilatorias, etc.)
  • Autoconciencia corporal y autoconfianza: estos ejercicios requieren de una gran concentración y atención, no se realizan de una manera automática, sino que cada movimiento se controla cuidadosamente. Mientras hacemos Pilates debemos dejar fuera todas nuestras preocupaciones y pensamientos cotidianos para concentrarnos en la realización de los ejercicios, es un tiempo que el paciente se dedica a sí mismo, favorece la sensación de bienestar y la calidad de vida.

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Autor: Juan César Alia Villas

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