Las demencias en general y el Alzheimer en particular se caracterizan por el deterioro progresivo de las facultades físicas y mentales de los pacientes, que conduce a una situación de dependencia. Por ello, cuando una persona padece la Enfermedad de Alzheimer (EA), toda la familia sufre la enfermedad en mayor o menor medida. Los cuidados de pacientes con demencia pasan a ser una tarea difícil que supone esfuerzo y dedicación casi permanente y que obliga a renunciar a la forma de vida previa. Los desafíos son constantes en la medida en que el cuidador tiene que enfrentarse a los cambios en el nivel de capacidad y en los nuevos patrones de conducta del enfermo.

Estrategias que favorecen el cuidado de pacientes con demencia

Existen estrategias que favorecen estos cuidados, sobre todo para el manejo de conductas difíciles y situaciones estresantes.

Los cuidadores se enfrentan por tanto a una responsabilidad, el CUIDAR, en la que a veces se encuentran sin formación, ni conocimientos que les dificulta aún más la difícil tarea, apareciendo sentimientos de impotencia, culpabilidad, preocupación y desesperanza.

Establecer una rutina diaria de ejercicios y actividades pueden ayudar al paciente con demencia, a retener su propio sentido positivo, así como ofrecerle un sentido de participación, cumplimiento y bienestar dentro del hogar.

Es preciso seguir unas pautas que faciliten la realización de estas actividades:

  • Estructurar las actividades: es importante estructurar y llevar a cabo una rutina diaria y enseñar a que estas se desarrollen con una actitud positiva.
  • Orientar y supervisar: orientar y supervisar las actividades que realiza, le dará al paciente un sentido de cumplimiento y satisfacción.
  • Buscar lo agradable: actividades agradables en el pasado (tomar café, leer el periódico) las vivirá como satisfactoria, placentera, familiar y disfrutará con ellas.
  • Ser flexible: nada más importante como adaptarse al nivel de habilidad de la persona para encontrar la razón de sus acciones.
  • Ser realista: lo más importante no es llenar cada minuto del día con actividades. Debido a la reducción de su concentración, la persona con demencia, requiere un balance entre las actividades y el descanso, es decir, más cambios en las actividades y pausas frecuentes para descansar.
  • Relacionar las actividades con la vida del trabajo: las actividades que se relacionan a una ocupación anterior son las más fáciles, seguras y agradables.
  • Ofrecer seguridad: ante situaciones de confusión y angustia es importante ayudarle a sentirse más relajado y menos alborotado, creando un ambiente de seguridad y comodidad. El deterioro cognitivo en las fases más severas impide comprender el significado de muchas acciones y comportamientos, situación que hay que tener en cuenta para modificar estrategias de abordaje.
  • Demostrar paciencia y tranquilidad: tanto en la acción del cuidador como en la de esperar la respuesta del paciente. Muchos accidentes y/o trastornos del comportamiento aparecen ante la falta de tranquilidad de la persona que ayuda.
  • Simplificar las rutinas: la gran mayoría de accidentes ocurren en el área de cuidado personal como al vestirse, bañarse, ir al baño o comer.

Se pueden evitar esos incidentes reduciendo los procedimientos complicados y guiando a la persona a través de un proceso paso por paso. Es importante permitir suficiente tiempo para que la persona que sufre deterioro complete cada una de las tareas.

En Centro de Día Salus Mayores somos consciente de la importancia del tratamiento de las diferentes demencias. Visita nuestro centro de día en Madrid para tener más información sobre nuestros servicios.

Autor: Andrea Prieto García

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