INTRODUCCIÓN y GENERALIDADES
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística en el año 2006, en España, las enfermedades cerebrovasculares fueron la primera causa de mortalidad en mujeres (19.038 defunciones), y la tercera causa de muerte en hombres (13.849 defunciones).
El ictus ocupa el segundo lugar en cuanto a la carga de enfermedad en Europa, pues se calcula que un 23% de los años de vida sana perdidos y un 50% de los años vividos con discapacidad se deben a enfermedades cerebrales.
Las tres cuartas partes de los accidentes cerebrovasculares (ACV) afectan a pacientes mayores de 65 años, y debido a las previsiones de población en las que España sería en el año 2050 una de las poblaciones más envejecidas del mundo, se prevé un incremento de la incidencia y prevalencia de esta patología en los próximos años.
Hay dos tipos de ACV:
- ACV isquémico es el más frecuente (80% de los casos aprox.): causado por el bloqueo del flujo cerebral sanguíneo de alguna de las arterias que irrigan la masa encefálica, entre las que destaca por su importancia la arteriacerebral media, mediante la formación de un trombo en el mismo sitio de la lesión (trombótico) o a distancia (embólico).
- ACV hemorrágico (20% de los casos aprox.):es el causado por la rotura de un vaso sanguíneo, ya sea intracerebral o subaracnoideo.
- Los factores de riesgo más importantes en el accidente cerebrovascular (ACV) son:Hipertensión arterial (HTA)Hipercolesterolemia o colesterol,Diabetes (DM tipo II), Fibrilación auricular, Tabaquismo y alcohol.
ACTUACIÓN
Los programas de rehabilitación en Salus Mayores consisten fundamentalmente en la aplicación de determinadas técnicas de Terapia Física, Terapia Ocupacional, de Logopedia y Neuropsicologia, según el tipo y grado de discapacidad, que se pueden utilizar aisladamente o en combinación: en el departamento de fisioterapia para mayores trabajamos técnicas convencionales (cuidados posturales, movilizaciones pasivas de los miembros afectos, sedestación precoz y verticalidad progresiva, ejercicios activos de grupos musculares sanos, inhibición de la espasticidad y reeducación de la marcha.).
Dado que las áreas del cerebro afectadas serán distintas en cada paciente, las repercusiones del ictus también lo serán. Por esto, en función de nuestra evaluación de las limitaciones del paciente, el tratamiento irá encaminado a mejorar éstas.
Especificamente, en la etapa más precoz, el tratamiento del ictus irá encaminado a mantener el tono muscular del paciente encamado mediante movilizaciones pasivas: se ha demostrado que el trabajo de movilidad de las partes afectadas estimula la plasticidad cerebral y ayuda a reducir las discapacidades.
Una vez que nuestro paciente haya superado esta fase debemos realizar ejercicios activos-asistidos de las extremidades, reeducar posiciones de sedestación y ejercicios de control de tronco.
Progresivamente, se realizarán ejercicios de verticalización, de reeducación de la marcha, ejercicios de prensión y movilización de extremidades para la autonomía de la vida diaria. Para todo ello, se siguen terapias neurológicas tales como, Kabat o Bobath.
Durante todo el tratamiento, se realizarán técnicas para eliminar excesos de tono y para disminuir el patrón flexor del miembro afecto, para amentar movilidad articular y para recupuerar sensibilidad en el mismo.
“La fisioterapia tras un ictus debe iniciarse lo más rápidamente posible durante el ingreso hospitalario, una vez que el paciente se encuentre estable. A los tres meses, la situación neurológica se estabiliza y hasta los seis meses se considera que hay posibilidad de mejoría funcional”, ha señalado José Manuel Brandi, vocal del CGCFE (Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España)
Autor: Javier González López