El estrés es una respuesta natural del cuerpo humano que genera una respuesta automática ante una situación desafiante o amenazante, y que requiere la activación de recursos físicos, mentales y conductuales de una persona, que en ocasiones pueden alterar nuestro equilibrio emocional.

El estrés no siempre es negativo, el estrés positivo nos ayuda a adaptarnos y responder a los cambios del medio, sin embargo, cuando esta respuesta se prolonga en el tiempo, puede afectar a nuestro desempeño diario y a nuestra salud.

Señales del estrés

Las señales más comunes del padecimiento de estrés negativo se podrían clasificar de la siguiente manera:

  • Alteraciones emocionales: ansiedad, miedo, irritabilidad, confusión.
  • Alteraciones cognitivas: dificultad para concentrarse, pensamientos repetitivos, excesiva autocrítica, olvidos, preocupación por el futuro….
  • Cambios conductuales: dificultades en el habla, risa nerviosa, brusquedad en las relaciones sociales, bruxismo, aumento del consumo de tabaco y alcohol…
  • Cambios físicos: músculos contraídos, dolor de cabeza, problemas de espalda o cuello, malestar estomacal, fatiga, palpitaciones y respiración agitada…

El mantenimiento en el tiempo de una situación de estrés, bien sea laboral o de otro origen, puede conllevar hábitos de vida poco saludables, y contribuir a aumentar los factores de riesgo de afecciones cardiovasculares, como el colesterol, aterosclerosis, hipertensión arterial… factores que aumentan el riesgo de sufrir un ictus, además de otras muchas patologías que pueden derivar de ello, como alteraciones en memoria y funciones ejecutivas.

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 ¿El estrés puede provocar un Ictus en adultos mayores?

En la sociedad actual parece imposible evitar padecer de algún tipo de estrés, trabajo, familia, compromisos sociales… ni siquiera las personas mayores se libran de padecerlo, a raíz de la situación socioeconómica, los mayores se vuelven imprescindibles en el modelo social de hoy, lo cual hace que puedan verse afectados por un aumento del estrés.

El estrés en los adultos mayores puede manifestarse de muchas maneras, el estrés físico puede tener un gran impacto en la recuperación de las lesiones de estas personas, si ya de por sí los mayores sanan más lentamente, la situación de estrés puede alargar la recuperación.

El estrés emocional puede ser más imperceptible, aunque puede ser crónico y sus efectos muy dañinos a largo plazo, afectando a la tensión arterial, y a la función inmunológica.

Incluso el estrés, que puede aumentar la sensación de que una persona es mayor, puede acelerar realmente el proceso de envejecimiento, afectando a la regeneración celular y a la protección inmunológica del organismo.

Controlar el estrés

Aunque puede ser difícil hacer frente al estrés, conocemos una serie de pautas que nos pueden ayudar a controlarlo, de esta manera podemos ayudar a envejecer más saludablemente.

  • Identifica los factores de estrés: Es el paso más importante, pues nos ayuda a conocer cuál es el origen de nuestro estrés.
  • Mantener una actitud positiva: Estudios afirman que las personas positivas viven de media más años y controlan mejor el estrés.
  • Mantener vínculos con la familia y amigos: El apoyo social puede ayudar a controlar el estrés, especialmente en personas mayores es muy grande el beneficio de la influencia de la familia y amigos.
  • Ejercicio: A cualquier edad es un remedio contra el estrés, caminar, montar en bicicleta, ejercicios en el agua…
  • Dieta saludable: De la mano con el ejercicio, alimentarse de forma adecuada es un método de eliminación del estrés.
  • Técnicas de relajación: Aprender a relajarse y respirar correctamente actúa en nuestro beneficio contra el estrés.

Es obvio que es importante controlar el estrés a cualquier edad, éstas y otras técnicas nos ayudarán a ello, y en consecuencia a vivir más positivamente y envejecer saludablemente.

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Autor: Andrea Prieto García

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