En nuestra sociedad actual la vida de la mayor parte de las personas de edad avanzada se enriquece por la presencia de las personas que comparten su día a día o la mayor parte de sus momentos con ellos. La gran mayoría de las veces ese hueco lo ocupa la familia, al ser nuestra principal fuente de apoyo emocional y juega un papel fundamental, proporcionando sentimientos de arraigo, seguridad, autoestima, confianza…

Por lo que, las relaciones familiares, tienen una gran importancia para el bienestar de los mayores. Se ha comprobado que la salud física y psicológica se incrementa en las personas cuyos lazos afectivos familiares son fuertes, en comparación con personas que por diferentes motivos tienen que vivir solos. Por esa razón, vemos la importancia de fomentar el contacto, con hijos, nietos y otros familiares, no únicamente en fechas señaladas. Desde Salus Mayores fomentamos estas relaciones con las diversas escuelas y encuentros familiares que organizamos.

Unos de los sentimientos más importantes para nuestros mayores es el de “sentirse necesario” en su entorno, por ejemplo brindando ayuda a sus familiares, vecinos, amigos… de tal manera que estas situaciones mantiene vivo el vínculo afectivo en ambas partes.

Es muy importante también resaltar la relación entre mayores y jóvenes ya que éste es un factor que contribuye al envejecimiento activo, podemos trabajar este punto desde la intergeneracionalidad, pero que no solamente se trata de que ambas generaciones estén juntas y pasen tiempo juntas. Estas relaciones entre generaciones se basan en saber escuchar y transmitir, en ambas direcciones, envejecer supone un crecimiento en cultura y en valores humanos, en sensibilidad y comprensión. Desde los centros de día de Salus Mayores nuestro departamento de terapia ocupacional para mayores ha fomentado la creación de encuentros intergeneracionales en colegios para fomentar estas relaciones tan enriquecedoras.

Autor: Teresa López Rodríguez

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