Este modelo de intervención nace en los años 60 en Italia. Inicialmente, se llamó estimulación cortical, posteriormente control secuencial progresivo y en los años 2000 se denominó ejercicio terapéutico cognoscitivo.

Es un método utilizado en la rehabilitación para mayores, en la recuperación y activación del movimiento (el cual ha sido afectado por una alteración a nivel neurológico) de forma espontánea, mediante procesos cognitivos de percepción, atención, memoria y lenguaje, ya que, el movimiento no solo involucra una contracción muscular, sino que necesita de una compleja respuesta cerebral.

En sus orígenes, se creó para el tratamiento del paciente hemipléjico, hoy en día existe evidencia de su utilidad para patologías neurológicas tanto centrales como periféricas, incluso en patologías traumatológicas y de dolor neuropático, así como para la recuperación de cualquier función alterada (manipulación, prensión, marcha, tronco…).

Puede ser aplicado en enfermedades que impliquen alteraciones del sistema nervioso central, tales como:

  • Traumatismos craneoencefálicos
  • Tetraplejias o paraplejias
  • Enfermedad de Parkinson.
  • Accidentes cerebrovasculares.
  • Esclerosis múltiple.
  • Parálisis facial

Para su base teórica, el elemento diferencial es que no considera únicamente el músculo, sino que tiene en cuenta como desde el cerebro se activa la contracción muscular y así el movimiento.

No se tiene una visión analítica del movimiento como una contracción muscular, sino una visión más global que considera todos los procesos motores, sensitivos y cognitivos útiles para el movimiento. El entorno nos ofrece información sensorial y le damos significado por procesos cognitivos. El movimiento es la capacidad de interacción con el entorno y la percepción que tenemos de él.

Imagen blog PerfettiEn este método, el tratamiento, por lo tanto, no va dirigido al músculo de la zona afectada, sino que tiene en cuenta como se organiza el movimiento a nivel cerebral.

Emplea ejercicios en los cuales el paciente debe tratar la información que le llega de sí mismo y del entorno, planificar el movimiento y después llevarlo a cabo, controlando los problemas que puedan aparecer (espasticidad, contracción involuntaria de otros músculos que no intervienen en la acción o movimientos arcaicos).

Una vez realizado el movimiento, se compara el resultado con el resultado esperado, ofreciendo la posibilidad de aprender del error. El método Perfetti considera al paciente como una parte activa en el tratamiento.

Cada ejercicio constituye un problema de reconocimiento que se resuelve mediante la interacción cooperativa entre fisioterapeuta y paciente. Para la recuperación del paciente es preciso el aprendizaje previo. Por lo que en el ejercicio se deberá:

  1. El terapeuta deberá proponer el problema cognitivo.
  2. El paciente deberá elaborar una hipótesis perceptiva.
  3. El paciente deberá activar una serie de operaciones mentales donde intervienen la comparación y el control.

Los ejercicios se dividen en tres grados de evolución con relación a los elementos patológicos del paciente. Se debe controlar un elemento para poder pasar a los ejercicios del siguiente grado.

Ejercicios de primer grado

Dirigidos al control de la reacción anormal al estiramiento, así como la superación del déficit de sensibilidad táctil y/o cinestésica, el paciente aprende a relajar la musculatura, poniendo atención a la hipótesis perceptiva obtenida del problema cognitivo. El profesional es el que ejecuta la secuencia y el paciente tiene un rol pasivo.

Ejercicios de segundo grado

Dirigidos al control de las irradiaciones anormales. Introduciendo gradualmente el control por parte del paciente con la asistencia del fisioterapeuta. El paciente estará con los ojos cerrados, prestando atención a la información que se le proporciona (cinestésica, táctil, presión, peso, reconocimiento de longitud o amplitud articular, etc.).

Ejercicios de tercer grado

Dirigidos a perfeccionar y automatizar el movimiento, control de esquemas elementales y realización de movimientos selectivos. El paciente es totalmente activo con los ojos abiertos y para llegar a este nivel, los componentes de irradiación anormal y la respuesta exagerada del movimiento han tenido que ser superados.

El ejercicio terapéutico cognoscitivo asigna al paciente la tarea de resolver un problema que puede solucionar, asistido por el terapeuta, mediante el movimiento fragmentado de segmentos corporales. Hay que tener en cuenta un conjunto de características para seleccionar un ejercicio con el fin de lograr determinados cambios, estas características son:

  • El segmento corporal.
  • El específico motor: Reacción anormal al estiramiento, irradiación anormal, esquemas elementales, déficit de reclutamiento motor.
  • La modalidad sensorial: Somatosensorial, visual, táctil, cinestésica…
  • Las operaciones cognoscitivas: Pueden ser de naturaleza espacial (reconocimiento espacial, dirección, distancias y formas, trayectorias), de contacto (reconocimiento de texturas, presión, resistencia al rozamiento, pesos), teniendo en cuenta el punto de partida…

Existen ciertas limitaciones para el tratamiento con ejercicio terapéutico cognoscitivo, por ejemplo, personas con grave deterioro cognitivo de los procesos atencionales y personas con afasia con dificultad para la recopilación de la información y seguimientos de instrucciones.

Firmado: Ricardo Santiago Rodríguez
Fisioterapeuta de los centros de dia de Salus Mayores

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