En los centros de día Salus Mayores estamos especializados en rehabilitación de Parkinson en Madrid y hoy hablaremos de la marcha en el paciente parkinsoniano.
Entre los síntomas motores más habituales de la enfermedad de Parkinson nos encontramos con la alteración de la marcha, convirtiéndose esta en un riesgo con la evolución de la enfermedad.

Los síntomas iniciales que nos indican esta alteración son:

  1. Dificultad al iniciar la marcha
  2. Bloqueo en la marcha, produciéndose una sensación de “pies pegados al suelo”. Se produce más frecuentemente al intentar aumentar la velocidad o cambiar de dirección en el sentido de la marcha.
  3. Riesgo de caídas, principalmente causado por el bloqueo en la marcha.

Con la realización de actividad física y ejercicios de la marcha conseguiremos retrasar el agravamiento de este síntoma vital.

Podremos desarrollar ejercicios indirectos, no tan específicos y ejercicios directos centrados en la marcha tanto estáticos como dinámicos (en movimiento).

Como ejercicios indirectos incidiremos principalmente en:

  1. Ejercicios respiratorios, de control de la respiración para ayudar también a relajarse en el proceso de la marcha.
  2. Ejercicios de equilibrio, trabajando la estabilidad corporal para limitar el riesgo de caídas.
  3. Ejercicios de fuerza muscular, con resistencia, para fortalecer el cuerpo, ayudando esto principalmente en la fase de bloqueo de la marcha.

Como ejercicios directos incidiremos principalmente en ejercicios en estático y en movimiento (dinámicos).

  1. Ejercicios estáticos, realizados en una posición determinada, sin moverse. Destacaremos los siguiente:
    • Corrección de la postura, indicando al paciente que mire al frente y lleve los hombros hacia atrás con los brazos relajados a los lados del cuerpo.
    • Ejercicios para el balanceo de brazos, indicando al paciente que lo amplie e incluya la rotación del cuerpo al realizarlo.
    • Ejercitar la fase de apoyo de los pies para realizar los pasos incidiendo en cómo se debe realizar el apoyo de talón, el apoyo medio y el despegue con la punta del pie.
    • Ejercitar la oscilación del paso con ejercicios estáticos en los que exageraremos la flexión de cadera y de la rodilla, así como la dorsiflexión del pie para finalmente apoyar el talón en el suelo.
    • Ejercicios en estático de cadencia de pasos aumentando poco a poco los pasos realizados.
  1. Ejercicios dinámicos, realizados en movimiento. Destacaremos los siguientes:
    • Corrección de la postura, indicando al paciente que mire al frente y lleve los hombros hacia atrás con los brazos relajados a los lados del cuerpo.
    • Ejercicios de longitud del paso, poniendo marcas en el suelo para que realice una zancada normal.
    • Ejercicios de cadencia de los pasos de manera dinámica, realizándolos al ritmo que pueda el paciente y acompañándolo, yendo aumentando poco a poco en lo posible dicha cadencia.
    • Ejercicios para incorporar el balanceo de los brazos junto a la rotación del tronco a la vez que realiza los pasos, yendo poco a poco realizándose de manera acompasada.
    • Ejercicios de paso largo, exagerando el paso al realizar la marcha.
    • Ejercicios de giros controlados dando la vuelta a conos
    • Ejercicios de cambio de dirección yendo de un punto a otro en distintas direcciones y no sólo de manera lineal, para que el paciente se bloquee menos al realizarlo en la vida diaria.
    • Ejercicios de marcha lateral.
    • Ejercicios con dificultad propioceptiva realizados en una superficie inestable como pueda ser una colchoneta
    • Ejercicios con obstáculos y/o peldaños para que no se den bloqueos al realizarlo en la vida diaria.

En los centros de día Salus Mayores nos ocupamos de realizar toda esta clase de ejercicios con los pacientes que lo precisan para mejorar su calidad de vida, mejorando la realización de la marcha y evitando así el riesgo de caídas lo máximo posible.

Autor: Irene Pérez Sierra

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