El mundo que nos rodea está constantemente mandándonos información. Nosotros somos capaces de procesar esta información y generar sensaciones y percepciones a través de los órganos de los sentidos. Gracias a ellos, podemos orientarnos, comprender nuestro entorno, trabajar la memoria y la atención, tener nuevas experiencias y construir aprendizajes. Por eso, cuando alguno de estos sentidos no funciona, el resto aumentan su sensibilidad para que no perdamos información del entorno.

La estimulación sensorial está indicada para poder trabajar en personas que sufren enfermedades neurodegenarativas  como Alzheimer, Demencias vasculares, Parkinson, Cuerpos de Lewys o enfermedades cerebrovasculares en sus diferentes estadios.  El  objetivo de la estimulación sensorial es aumentar, estimular, discriminar y mantener los diferentes receptores sensoriales que pueden ser estimulados simultáneamente o de manera aislada.

En el centro de día de Salus Mayores, el taller de estimulación sensorial quiere potenciar y estimular  sus habilidades perceptivas  mediante de diferentes elementos auditivos, gustativos, visuales, olfativos y táctiles para conseguir una mayor autonomía en su entorno. Además de esto, con este taller se busca trabajar los siguientes aspectos:

  • La discriminación y la memoria sensorial tanto auditiva, olfativa, visual como gustativa.
  • Mantener la atención y concentración durante la recepción del estimulo.
  • La estimulación, concienciación y conexión de los receptores sensoriales.

La estructura del taller que hemos llevado a cabo se ha dividido en cinco partes, una actividad por cada sentido.

En la actividad para el sentido de la vista, los participantes debían buscar  las diferencias entre varias imágenes, identificar objetos mediante sombras.

Para la estimulación olfativa y gustativa se trabajo mediante el reconocimiento de distintos olores– sabores  y la  evocación un recuerdo.

En cuanto al tacto, los participantes debían reconocer distintos objetos sólo utilizando las manos y nunca el sentido de la vista.

Seguidamente se realizaron dos ejercicios mediante elementos auditivos a través del reconocimiento de sonidos cotidianos y la localización espacial de sonidos musicales.

Durante el desarrollo de las actividades los participantes se mostraron interesados y participaron activamente. Una vez finalizado el taller se recogieron las experiencias de los usuarios; todos estuvieron de acuerdo en que les había gustado y para alguno le pareció interesante para su día a día.

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Autor: Andrea Prieto González

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