¿Cómo puedes saber si tienes la gripe o un resfriado? ¿Cuáles son las diferencias? La aparición de episodios de infecciones respiratorias es bastante frecuente en esta época del año, con el inicio del otoño y la aparición de bajas temperaturas.

Existen dos enfermedades típicas del invierno, y que en la mayoría de los casos son motivo de realizar consultas médicas, incluso llegando a implicar ingresos hospitalarios en pacientes con alto riesgo. Se trata de la gripe y del resfriado, dos patologías con síntomas muy parecidos pero que no deben ser confundidas.

El resfriado o también llamado catarro común es una infección producida por un virus en el tracto respiratorio y sus principales características y/o síntomas son los siguientes:

  • Su inicio es gradual y posee una duración entre 8-10 días.
  • Presencia de rinitis y/o rinorrea, de características transparentes, fluidas y abundantes en los primeros días. Posteriormente pueden incluso volverse purulentas.
  • Presencia de tos frecuente, al inicio del cuadro de característica seca, y posteriormente se vuelve productiva.
  • Ausencia de fiebre, la temperatura corporal se encuentra normal o disminuida.
  • Sensación de debilidad y fatiga moderada.
  • Otros síntomas: estornudos, dolor de garganta…En ocasiones pueden aparecer mialgias.
  • Las complicaciones más frecuentes derivadas de un resfriado son la sinusitis y la otitis.

La gripe es una infección viral aguda de las vías respiratorias superiores y sus principales características y/o síntomas son los siguientes:

  • Su inicio es súbito y posee una duración entre 3-7 días.
  • En ocasiones aparición de rinitis y/o rinorrea.
  • Presencia de tos frecuente, de características secas y muy intensa.
  • Presencia de fiebre, la temperatura corporal se encuentra entre 38-40ºC acompañada de escalofríos.
  • Aparición de debilidad y fatiga muy pronunciadas, especialmente al inicio y a menudo persistentes (hasta dos semanas).
  • Presencia de mialgias: dolor muscular intenso, principalmente en piernas y espalda.
  • Otros síntomas: estornudos, dolor de garganta e irritación ocular con menos frecuencia.
  • Las complicaciones más frecuentes derivadas de la gripe son la bronquitis y la neumonía, patologías de carácter más importante en personas de riesgo.

Ambos procesos infecciosos presentan un gran impacto en la salud general de la población, y en especial en los grupos de riesgo, que generan patologías de características más graves, en ocasiones pudiendo provocar tasas de mortalidad.

Por ello, es imprescindible conocer y aplicar una serie de medidas higiénicas con el único objetivo de prevenir ambas patologías:

  • Evitar el contacto con las personas afectadas al menos durante los 2-4 primeros días del proceso.
  • Limpiar más frecuentemente las superficies de los muebles, pomos de las puertas, objetos, con los productos de limpieza habituales y ventilar más a menudo.
  • Evitar contagiar a otras personas siguiendo los consejos de los profesionales sanitarios si se está enfermo.
  • Evitar los besos y contacto muy cercano, así como compartir vasos, cubiertos y otros objetos que hayan podido estar en contacto con saliva y otras secreciones.
  • Tapar boca y nariz al toser o estornudar con un pañuelo desechable y justo después tirar el pañuelo usado a la basura. Cuando tosemos o estornudamos expulsamos minúsculas gotas de saliva o secreciones nasales en forma de aerosol que se pueden quedar depositadas en las manos u otras superficies favoreciendo así el posterior contagio de otras personas.
  • Lavarse las manos con frecuencia (ayuda a eliminar los posibles contagios por objetos con el virus) y utilizar pañuelos desechables
  • Evitar situaciones de aglomeración de gente en lugares cerrados (ejemplo: los transportes públicos, ya que el número de personas es considerable, la temperatura es cálida y los estornudos son constante).
  • Evitar las bebidas alcohólicas y el tabaco.
  • Seguir una dieta sana y equilibrada rica en frutas y verduras que proporcione un aporte vitamínico y mineral completo.
  • Protegerse del frío y de los cambios de temperatura.
  • Beber en abundancia (zumos de frutas, infusiones, agua, caldos, etc.) que ayudarán a fluidificar las secreciones respiratorias.
  • La humidificación ambiental y la inhalación de vapor es fundamental para mantener la humedad en las vías respiratorias y aumentar la fluidez de la mucosidad.
  • La instilación de suero fisiológico o agua de mar en las fosas nasales.
  • El reposo, con la cabeza más elevada que el resto del cuerpo.
  • En el caso de fiebre es aconsejable el reposo en cama en una habitación fresca y no muy seca, con ropa ligera, y la ingestión abundante de líquidos.
  • Administración de fármacos que alivien la sintomatología, preguntando previamente siempre a su médico.
  • La vacunación es el método más efectivo, en especial, para los grupos de riesgo (ancianos, personas con enfermedades respiratorias crónicas, trabajadores de centros sanitarios etc.)

Bibliografía:

Rosas MR. Gripe y resfriado. Clínica y tratamiento. Offarm. 2008; 27 (2): 46-51.

Recomendaciones de higiene del Ministerio de Sanidad y Consumo. 7

Guía antigripal. Como prevenir y proceder ante la gripe. www.antelagripeactua.gva.es

 

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