Los objetivos a perseguir en el proceso de rehabilitación para mayores, deben seguir un orden que se rige por la prioridad que el equipo de profesionales establece. El orden de prioridad se rige por unos principios basados en las siguientes características:
- Las alteraciones conductuales graves son el primer objetivo de perseguir, por lo que se debe realizar un análisis conductual exhaustivo.
- Dificultades emocionales asociadas a una falta de conciencia de los déficit (anosognosia).
- Déficit funcionales.
- Déficit cognitivos.
- Si existe déficit de conciencia se interviene solo cuando su mejoría pudiera reportar ganancias funcionales. La toma de conciencia de las limitaciones requiere de apoyo psicoterapéutico.
Teniendo en cuenta estos principios se establece el plan de objetivos a corto, medio y largo plazo. A continuación se muestran algunos ejemplos de objetivos tras un daño cerebral:
- Psicoeducacion: Programa de formación a familiares. Entrenamiento en pautas de manejo e interacción.
- Conciencia y ajuste a la nueva situación. Organización de nuevo plan de vida.
- Apoyo psicológico general.
- Rehabilitación de procesos cognitivos afectados.
Los objetivos de la rehabilitación en personas mayores consisten en:
- Recuperar y/o mantener la movilidad.
- Mejorar la fuerza muscular.
- Reducir dolor en las regiones que puedan estar afectadas.
- Estimular y mejorar el equilibrio.
- Mejorar patrones de marcha.
- Prevenir caídas.
El mejor equipo profesional
En el proceso intervienen los siguientes profesionales:
- Fisioterapeutas.
- Terapeutas ocupacionales.
- Logopedas.
- Neuropsicólogos.
- Médicos.
- Trabajadores sociales.
- Auxiliares
El proceso de rehabilitación para mayores puede realizarse tanto en los centros de fisioterapia, como en el propio domicilio.
En nuestros centros de mayores este camino se consigue gracias al equipo interdisciplinar formado por médico, enfermera, neuropsicólogo, terapeuta ocupacional, fisioterapeuta y logopeda. Se realiza una valoración inicial tras esa valoración inicial se realiza un tratamiento personalizado especializado acorde con la situación que nuestros mayores presenten. Cada seis meses se realiza otra evaluación para ver la evolución postratamiento.
Rehabilitación en procesos agudos
Las fases de rehabilitación son tres: fase aguda, fase postaguda y fase crónica.
En la fase aguda, la rehabilitación se realiza en un entorno hospitalario o residencial, tratando de abordar los siguientes déficit:
-Competencias cognitivas básicas: estado de alerta, orientación y procesos atencionales básicos.
-Trastornos emocionales tras el déficit
Trastornos conductuales.
Alteraciones motoras (fisioterapia).
Este es un momento muy delicado de la rehabilitación ya que tras algunas afecciones se produce un proceso de “recuperación espontánea” de algunas funciones. Este se trata de un mecanismo automático del cerebro. Sin embargo no siempre se da, siendo más frecuente tras alteraciones por ICTUS.
En daño cerebral sobrevenido, como en el deterioro neurocognitivo (demencia tipo Alzheimer, Enfermedad de Parkinson, Demencia por cuerpos de Lewy, etc), no se da este fenómeno. Sin embargo en estos casos, sí es posible ralentizar el progresivo deterioro de las funciones cognitivas si el proceso de rehabilitación se inicia en fases iniciales.
Sea cual sea el proceso del que se trate, la intervención en fases agudas aumenta las probabilidades de ralentizar o recuperar, las funciones cognitivas afectadas.
Rehabilitación en procesos crónicos
Si bien en las fases agudas los objetivos se centran en los aspectos cognitivos básicos, en fases crónicas se centran en las necesidades a medio y largo plazo. La rehabilitación se lleva a cabo desde nuestros centros de día, y se busca realizar una intervención completa de los pacientes: nivel cognitivo, emocional, conductual, físico, etc.
Los objetivos, como se puede observar, varían en función de la fase en la que nos encontremos